La silla

Cuento de una docente Argentina.

11/11/2024AbelardoAbelardo
ESCENARIO: despojado de mobiliario, solo UNA SILLA, cuadros representando fenómenos naturales, tormenta, terremotos

PERSONAJES: 3 DESCONOCIDOS

Emilia, 58 años Filosofa
Saturnino 60 años, músico, compositor
Rodolfo, canillita 55 años

Se abre el telón, aparecen los tres desconocidos durmiendo en el piso vestidos con túnica largas de color marrón. De uno en uno van despertando. No se conocen, saben que rondan edades similares entre 55 y 60 años. Algo más en común encerrados en una habitación, sin alimentos, ni agua y solo una silla y una soga.


Saturnino: ¿quiénes son ustedes? ¿cómo llegaron acá? Yo estaba dando una clase de piano a mis alumnos y de pronto aquí me encuentro, en una habitación vacía y dos extraños. 
Rodolfo: Sr. Estamos iguales, yo no toco el piano, ni tengo alumnos, solo reparto Diarios. Llevo la información a la gente
Emilia: señores estamos iguales aparecimos en este lugar y el aspecto de los tres es que algo en común tenemos. Similar en edad, aunque yo soy la más joven del trío y la única que puede develar este misterio. Así es mi vida, pensar, entender
Saturnino: Ay Sra que tonterías Ud. Dice que tenemos que pensar en esta pocilga sin nada, solo una silla y una soga y tres desconocidos
Los tres caminan por la habitación casi sin mirarse, sus pensamientos flotan por todo el cuarto.


Rodolfo: seguro que ustedes dos están pensando cómo sacarme de este salón, lo veo en sus caras

Saturnino: ¡por favor hombre! ¿no le llama la atención que seamos tres y solo una silla?
Rodolfo: Y si, para sentarse seguro no es  creo que…. ( interrumpe Emilia)
Emilia: Ustedes dos que tonterías dicen, esa silla es para pensar
Rodolfo: ¿para pensar en qué? ¿en cómo colgarnos? porque Sra mía soga tenemos
Emilia: Ay Sr, imposible hablar de temas como el pensar con alguien que solo reparte Diarios
Rodolfo:  Sra.no menosprecie mi profesión esos “ diarios” están llenos de historias
Saturnino: señores no aguanto más esto, AUXILIOOO, QUE ALGUIEN VENGA, QUE ALGUIEN VENGA, AUXILIO
Emilia : AUXILIOOOOOOOOOOOOO, AUXILIOOOOOOOOOOO
Ambos gritan, corren se tiran al suelo como si fueran peces nadando sin agua, en total agonía. De pronto algo pasa. Rodolfo camina hacia la silla. Se sienta


Rodolfo: esta silla es el trono de la paciencia y de la espera. Como lo hago a diario en mi trabajo, espero que llegue el periódico, leo historias, aprendo y luego me subo a mi bicicleta para iniciar el reparto. Y una vez más espero a que alguien salga y compre esos papeles llenos de historias.

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